PRIMERA VERSIÓN

Tomado de Revista Trento IV-3, Segunda época, junio de 1962, p. 12

«El escudo de nuestro Seminario es la idea que nos da vida, plasmada admirablemente por nuestros mayores, en los signos de una heráldica sencilla. En la cumbre y sobre todo, ostenta las armas pontificias que irradian luz; en el centro, campea el águila fuerte. Adorna todo el conjunto una beca, que envuelve una palma victoriosa. Esto quiere decir que para nosotros “por encima de todo, hasta de la patria, está el Papa, está la Iglesia”. Después de ellos, nuestra patria. Y adornando esas dos realidades altísimas, el símbolo de nuestras tradiciones domésticas, “el alma de nuestro Seminario envolviendo la palma que simboliza a la vez victoria y martirio, porque Cristo enlazó ambas cosas para siempre” (Mons. Martínez). Fue diseñado en 1884 por Don Antonio Urbina, profesor de dibujo en el Seminario, que hizo patente para nosotros la hermosa idea del Excmo. Sr. Don J. Ignacio Árciga. Tresmontels, constructor del Seminario de San José hizo un relieve al escudo sobre la puerta rectorial, en la planta alta del “Patio de honor”, que aún puede verse».

SEGUNDA VERSIÓN
del Anuario 1996-1997, dirigido por el P. Antonio Basurto Mendoza

«Si queréis que os muestre tangible y viviente el espíritu del Seminario, os presentaré su escudo, el viejo escudo de esta casa solariega: arriba ostenta las armas pontificias, irradiando luz; en el centro campea el águila fuerte y salvaje de nuestros mayores y orla el conjunto una beca envolviendo una palma victoriosa. En nuestra heráldica sencilla esto significa que, para nosotros, por encima de todo, hasta de la patria, está el Papa, está la Iglesia. Siempre ha sido honor del Seminario su adhesión inquebrantable y su amor al Soberano Pontífice; y, si he de deciros todo lo que siento, oíd: Nosotros amamos nuestras tradiciones, por el espíritu y el corazón estamos fuertemente adheridos al viejo tronco que plantaron nuestros mayores, pero, si alguna vez la Iglesia lo ordenara, nosotros tomaríamos con mano firme el hacha demoledora y extirparíamos el tronco querido, aunque para ello fuera preciso arrancamos el corazón. Después de la Iglesia, la Patria; después de Roma, el Tepeyac; después de las llaves de Pedro, el águila caudal de nuestros padres que abatió su vuelo a los pies de la Virgen bendita. Y, rodeando esas dos realidades altísimas, el símbolo de nuestras tradiciones domésticas, el alma del Seminario envolviendo la palma que simboliza a la vez la victoria y el martirio, porque Cristo enlazó ambas cosas para siempre» (Luis María Martínez, 1922).

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IMAGEN CORPORATIVA

Es un logotipo que muestra la figura de una barca, sus redes y una cruz, la cual está formada a su vez por un pequeño pez, estos elementos fueron estilizados de tal manera que formen un conjunto homogéneo. Todo este conjunto simboliza a la vocación sacerdotal, a ser pescador de hombres. Lleva implícito, entonces, el significado del llamado a dejarlo todo y seguir a Jesús.

Llamado para el cual es necesario prepararse; para la misión de ser discípulo, dejar a la familia; y abandonarse al aprendizaje, para ser pescador de hombres.

El uso del Escudo está restringido (sólo se utiliza en documentos oficiales de la Institución). La Imagen corporativa se usa como logotipo en: papelería, sellos, vehículos, propaganda.

Himno del Seminario

Luz de ayer, luz de hoy

Luz de ayer, luz de hoy, sol atrida,

vencedor en las lides del orden;

del amor, de la flor, de la vida,

pura imagen del ser viviente.
En nuestros pasos, en nuestra frente,

deja que brille tu rectitud, tu rectitud.

Del espíritu de falsedad,

desviador del carril de virtud,

de la caída, del desnivel,

del errante peligro, libéranos.

Haz que el sol de verdad ilumine
el programa que debe aprenderse,

y a marchar sin que nunca decline

nuestra fe, nuestra luz, nuestro amor,

nuestra fe, nuestra luz, nuestro amor.

Luz de ayer, luz de hoy, sol atrida,

vencedor en las lides del orden;

del amor, de la flor, de la vida,

pura imagen del ser viviente.
En nuestros pasos, en nuestra frente,

deja que brille tu rectitud, tu rectitud.

Pbro. Manuel Ponce, Letra. Mtro. Del no Madrigal, Música.

Corazones Recios

Tú que albergas ilusiones, hazlas verdad;

serán tus sueños verdades si a luchar

lanzas tu afán.

Que si luchas con denuedo, nada temas,

¡Triunfarás!

Con el fuego de tu alma otras almas abrasar...

Si tú vas por buen camino,
tras de ti, otras arrastrarás.

¡Dadme un puñado de hombres que tengan un corazón noble y audaz!

Dadme tan sólo diez almas y presto os daré

diez mil más, diez mil más, ¡Sí!

Hombro con hombro, verás cómo asombro

y ejemplo será tu hermandad.

¡Victoria! Unidos no hay cosa que

pueda ahogar tu ideal.

¡Victoria! Da la voz al viento

Corazones recios triunfarán.

¡Dadme un puñado...!

Sigmund Romberg (1887-1951)